Thursday, November 20, 2008

Para el Fanboy dentro de cada uno de nosotros...

Ya nos hicieron una película y quiero verla... mucho... ojalá y salga en México...

Wednesday, November 05, 2008

Llueven aviones

Ayer fue un día especial, un día que quedará registrado en la historia... o tal vez en la Historia, así con mayúscula. Primero, porque Barak Obama ganó las elecciones para presidente de Estados Unidos. Segundo, porque en México un accidente de aviación costó la vida al Secretario de Gobernación y su primer círculo de funcionarios. Tercero, aunque ésto sea especial sólo para mí o un par de personas más, porque ese avión casi me cae en la cabeza.

Ese martes salía de mi trabajo como cualquier otro día, tomé un autobús, y acababa de pasar por la esquina del accidente uno o dos minutos antes de que el avión cayera. El tráfico era muy intenso, y la gente a pie avanzaba más rápido que el camión. Yo escuchaba el radio, una crónica sobre el proceso electoral en EUA, y miraba a la gente que nos adelantaba. De pronto, la gente se detiene y comienza a señalar el lugar por donde habíamos pasado. Se formaron pequeños grupos de aparentes desconocidos. Se miraban entre sí y al camino que habían dejado atrás. Alguno dio un paso en dirección de las miradas. Se detuvo, miró atrás, al frente, y al piso. Se lo pensó mejor. Siguió avanzando alejándose de la conmoción. Un policía de a pie pasó corriendo, y detras de él, otro. Luego, montones.

Lo primero que pensé fue que había sucedido un asalto. Traté de ver lo que habíamos dejado atrás, pero los camiones no tienen ventana atrás, y las ventanas laterales no me daban el ángulo de visión que hubiera necesitado. Varios pasajeros hacen lo mismo, pero como no se ve nada, pronto abandonamos la curiosidad. Del otro lado de Reforma, comenzaron a pasar patrullas con la sirena a todo lo que daba. Si, un asalto. Pero uno grande, pense. Pasan un par de minutos más, y ahora, además de patrullas, comienzan a pasar carros de bomberos, grandes, y a toda velocidad.

Bueno, que esto ya no parece asalto. Se renueva la curiosidad, pero como no había manera de satisfacerla, lo único que queda es ver a la gente de afuera. El camión se siguió alejando de la Fuente de Petróleos, la gente ya no mira atrás. Nada pues, ya luego veré las noticias, si es que llega a salir.

Un par de kilómetros más adelante, me espera Maite. Ella sí oyó el radio, y me dice, llorando, que acababa de caer una avioneta y que el reportero decía que había cuerpos regados por toda la calle. Ahí es donde agradezco no haber podido ver nada. En camino a la casa encendemos el radio, y dicen que fue un Learjet del gobierno, probablemente de la Secretaría de Gobernación, pero que no hay información sobre pasajeros o destino. Ya han pasado 30 minutos del accidente.

Una hora después, llegando a la casa, encendemos la televisión y por primera vez veo lo cerca que estuve de que me lloviera un avión. Que me bañaran de fuego. Apenas ahí nos enteramos por los noticieros que Mouriño y sus más cercanos colaboradores murieron en el accidente. También habrá que agregar a la gente que no hizo otra cosa que salir de trabajar, caminar por la banqueta, y morir. A ellos no los mencionan. A mí no me hubieran mencionado.

Ellos ya no están, pero aquí estoy yo, simplemente por ir delante de ellos dos minutos. No es mucha la diferencia entre ellos y yo. Pero esa diferencia me salvó la vida.

En fin, que es un día especial.

Bienvenidos a mi blog!

Este blog es parte de la ReduxNet. Opiniones de un geek, pensando en el mundo geek en general, en temas de arte, política, religión y helado de vainilla. Si ya llegaron hasta acá, por lo menos dejen una opinión...