El lunes cumplió AMLO su capricho de proclamarse "presidente legítimo" de México, a pesar del daño que esto causará a la izquierda democrática mexicana. Es triste darse cuenta que los pobres que López Obrador y sus seguidores dicen defender serán los que a la larga paguen el precio de la insensatez de sus... er... sus líderes, a falta de otra palabra para llamarlos.
Lo pagarán, porque gracias a la inestabilidad que AMLO promueve, se reducirán las inversiones extranjeras que nos permiten crecer como país. Gracias al estancamiento que AMLO quiere para el gobierno de Felipe Calderón, miles de pobres enfrentarán mayores retos para vencer su pobreza, y gracias a la desconfianza a las instituciones democráticas que AMLO y sus radicales siembran entre sus seguidores, el costo de nuestra democracia aumentará.
En resumen, lo que me parece más peligroso de la actitud del perredista es el desprecio a las instituciones que él y sus seguidores promueven constantemente. Uno de los pilares esenciales para el desarrollo de una nación es contar con instituciones sólidas, respetables, eficientes y confiables, que lleven a cabo las acciones del gobierno. Debido a los años de autoritarismo priísta, el mexicano promedio ya tiene una carga de desconfianza en las instituciones que lo alejan de la vida política del país, de sus obligaciones ciudadanas y de sus responsabilidades. Pocas instituciones habían logrado el respeto de la gente, entre ellos el Ejército y el IFE, pero este respeto costó una gran cantidad de tiempo y dinero, pagado por todos los mexicanos. Sin embargo, parece que la labor del Peje es minar todas las bases institucionales que pueda.
¿Cuál será la consecuencia? En primer lugar, la recaudación fiscal seguirá por los suelos, independientemente de las reformas que se puedan concertar, ya que, si nadie cree que el dinero se usará bien, ¿para qué pagar impuestos? En segundo lugar, el nivel de criminalidad se incrementará, pues cuando la Ley y sus instituciones no protegen, la ley de la selva se convierte en la norma. ¿Y después? Después, los pobres se vuelven más pobres, y la clase media se acerca a la pobreza.
Gracias, Andrés Manuel López Obrador. ¿Primero los pobres? ¡Primero nos volverás pobres!
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